Históricamente, el ordenamiento laboral ha facilitado a los empresarios las medidas que tanto en situaciones de crisis económicas, como en procesos de racionalidad organizativa -reducción de costes, innovaciones tecnológicas, liberalización de mercados, competitividad, etc.- que posibilitan la salida masiva de trabajadores del mercado de trabajo: los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y los despidos individuales.