La dinámica regresiva que nuestra legislación laboral ha llevado en los últimos veinticinco años -deteriorando la Protección Social en contrapartida de beneficios y exenciones económicas a los empresarios- acentuó violentamente su intensidad a mediados de los noventa. En el horizonte estaba el objetivo de acomodar en mayor grado nuestra legislación laboral a las necesidades de la Flexibilización Productiva. La regularización de la cesión ilegal de trabajadores con la Ley 14/94 de las Empresas de Trabajo Temporal en 1994 supuso el pistoletazo de salida. Tres años después, la Reforma laboral de 1997 facilita el paso de los contratos basura al despido basura. Por medio de la modificación del articulo 52,c del Estatuto de los Trabajadores, se da vía libre a los empresarios para el despido objetivo de sus empleados/as por cuestiones como la competitividad en el mercado o exigencias de la demanda. Desde entonces, el mundo laboral y las relaciones-reacciones del trabajo-trabajador han cambiado susceptiblemente.


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