Hablar de ciudadanía es hablar de la identidad occidental,enraizada en una concepción social y económica centrada en los mercados, lo que pone en tela de juicio el carácter universal de los valores de libertad que occidente encarna. Las personas que migran se ven atenazadas en una dialéctica de ser sujetos útiles al mercado, pero sometidas a un régimen político que les priva de derechos.