Más allá de la retórica “social demócrata” y de las broncas de la clase política más ecofascista, así como la supuesta preocupación de la clase empresarial, representada por la CEOE, las clases asalariadas empleadas, sub-empleadas, precarizadas, activas o pensionistas, deberíamos ser conscientes que nada cambia “sustancialmente” respecto a las reglas de juego que el neoliberalismo constituyó desde los años 80 del siglo pasado y redefinió a peor, a raíz de la “Gran Crisis-Estafa Global desde el 2008”…