Dolors Marín, profesora y doctora en Historia, cerró el ciclo de ponencias durante estas jornadas hablando de el derecho al propio cuerpo, a la reproducción y control de la natalidad desde una perspectiva de ‘Mujeres Libres’.
La idea que permanece en la prensa burguesa y que estos medios se encargan de difundir es que las feministas «son muy feas». Es una forma de desprestigiar el movimiento feminista y a las mujeres que lo hacen posible. Marín además hacía referencia en su ponencia al «invento» del «poliamor» y afirmaba que este concepto designa una práctica que ya conocían y defendían muchas personas de ámbitos libertarios en los años 20-30 del siglo XX. El llamado por entonces «amor libre» rechaza la concepción burguesa del matrimonio.
El amor es una concepción personal. Aquellas mujeres por lo que luchaban era por la libertad de amar a quien desearan y sin que esto fuera una imposición familiar. Cabe recordar que las mujeres eran propiedad de los hombres de la familia que disponían de ellas para emparejarlas.
Dolors Marín hizo alusión al papel que la Iglesia ha tenido (y sigue teniendo) a lo largo de la historia en relación a la libertad amorosa y sexual de las mujeres. Marín afirma que la Iglesia es la mayor enemiga de la mujer y a través del confesionario logran controlar a las familias. En cuanto a la prostitución, Dolors explicaba que es muy curioso que en este tema siempre se culpe a la mujer, poniéndose el acento sobre quien vende y no sobre quien compra, que siempre es un hombre. «Hasta que no desaparezca el capitalismo no desaparecerá la prostitución. El problema de las mujeres son siempre los mismos desde que existe el patriarcado».